domingo, 25 de abril de 2010

El gran conquistador -parte 2-


Muchos podrán estar de acuerdo con Chiche Gelblung y otros no! Pero fue uno de los mentores en esto de la seducción. Fue quién con sus enseñanzas me mostró el camino. Recuerden : Pueden pensar que estan equivocados, pero eso no es una excusa para dejar de pensar".

Ninguna mujer es imposible si se la persigue con transgresión, método y persistencia. Lo fundamental para quién quiera conquistar a una mujer es estar convencido de ese concepto, sentirse ganador y seguro de que el objetivo está al alcance de la mano. Una vez que se consigue “hacer carne“esa sensación, el cielo es el límite y tu corazón el motor. Famosas, ricas, pobres, profesionales, amas de casa…ninguna puede resistirse al tipo que avanza a paso firme.

Pero cuidado con avalanzarse! La conquista no es una experiencia tipo fast food, las minas no son una hamburguesa ni un paquete de papas fritas. Cualquier hombre que se precie de tal debe convertirse en un experto en el “Método de la expectativa abierta” (que muchas mujeres ignorantes pueden confundir con el histeriqueo). ¿En qué consiste esta técnica clásica y efectiva?
Nada más y nada menos que en manejar los tiempos de la seducción. La clave es percibir el momento exacto en el q la víctima está a “punto” y retirarse sin mayores explicaciones. Quien se salteo este paso no genera misterio ni curiosidad, dos ingredientes fundamentales para el amor.

En este sentido, yo tuve mi propio “flash iniciático” durante mi adolescencia, en la época en donde vendía productos a los negocios. Una mañana entré a uno donde había una mujer que me volvía loco. Una de esas mujeres que parecen estar más en un plano celestial que terrenal. En palabras chabacanas, un camión con acoplado! Ella estaba interesada en comprarme alguno de los productos que ofrecía pero a mí lo único que me importaba era levantármela, así que decidí dejar la operación de la venta abierta para tener una excusa para volver a verla. En medio de la charla cuando estaba a punto de comprarme lo que vendía (intercalando chamuyo de barrio para que aceptara ir a tomar algo), me inspiré y le tiré la frase “bomba”:
“Yo estoy seguro de que te voy a convencer, pero ahora me tengo que ir”. No sabía bien qué iba a hacer después ni cómo me la iba a levantar. Lo único que tenía en claro era que tenía que salir para dejar una expectativa abierta. Dos días después, cuando volví al negocio, la mina me invitó a salir. Esa experiencia fue el comienzo de esta metodología en mi vida, ya que marco jurisprudencia en todos mis actos seguidos. Tras ver esa reacción me dije: “Éste es el sistema, la forma de que dependa pura y exclusivamente de mi salir con una mujer, la revelación de que cuando dejas a una mina con ganas, ganaste”.

De esta reflexión se desprende otra, una regla que hay que seguir a rajatabla, yo la denomino “el mandamiento número 11”: “Siempre es mejor pasar por menos que por más”. Hacerte el banana, el que se las sabe todas es para los giles. El tipo que realmente sabe de mujeres entienden que el primer paso lo tienen que dar ellas. O sea, el primer beso, corresponde a la mujer siempre, casi como si fuera un mandato cultural. Para que la mujer quede “muerta”, lo más efectivo es dejar que avance, generar un aura de interés, una onda “no sé si me animo”. Esto no significa que el hombre en su fuero interno sea un nabo o un dormilón. Nada de esto señores. Para que el truco funcione, el tipo, en realidad, tiene que sentirse extremadamente seguro. Es más, si presiente que puede fracasar, es conveniente que posponga el ataque, que no se exponga una negativa para evitar el efecto demoledor de un “no”. Un “no” traumatiza, quita confianza, genera complejos difíciles de remontar. Si es posible, hay que evitar el shock traumático del rebote, recular y armar la estrategia para avanzar sobre la hipótesis de un “si” casi seguro.


El cerebro de una mujer es una especie de cueva inaccesible e indescifrable. Son capaces de cualquier cosa porque tienen pensamientos insólitos. Una tipa que fue monja a los 30 tranquilamente puede transformarse en la puta más fina del barrio a los 50, y eso es fantástico porque significa que puede recrear su propia historia como si fuera la protagonista de un juego de roles. En este sentido, son geniales porque tienen la posibilidad de adaptarse y sorprender. Es por eso que este post plantea que ante semejante universo de posibilidades, es mejor que saber los parámetros de funcionabilidad de semejante cerebro. Por eso este post vendría a hacer como una especie de "faro". No maneja tu barco, pero con su luz encontras la dirección y podrás llegar a buen puerto y descargar la mercadería donde tenías planeado. Te damos el camino, las coordenadas en medio de la oscuridad, pero girar el timón depende de ustedes. Y ese es el principal motivo de esta presentación.