Queramos o no vivimos en sociedad. Una sociedad que avanza cada día más y que, cansada de la rutina, siempre tiende a cambiar.
¿Quién no escuchó alguna vez a una persona mayor decir: En “mis” tiempos las cosas eran distintas? Los que nos obliga a preguntarnos: ¿Qué es lo distinto? ¿Estamos evolucionando o involucionando? ¿Los cambios son favorables o nos perjudican?
Nadie sin conocimiento ni bases en que apoyarse sabría decir si estamos mejor que hace unos años, pero todos los que convivimos en este mundo y tenemos capacidad de pensar, damos por seguro que las exigencias que se nos imponen para lograr ser “aceptados” cada vez son mayores. El éxito está condicionado por el carisma y la belleza física... mientras que la riqueza intelectual, que siempre contribuye en secreto y humilde, pocas veces es reconocida. Es así porque hoy se valora más una cara bonita que no sabe ni la tabla del dos que una persona sencilla que es capaz de contribuir, con sus conocimientos, a solucionar grandes problemas. Es totalmente real la posibilidad de que muchos puedan nombrar y reconocer nombres y rostros de actores, pero hay un escaso número de personas que sabría nombrar o reconocer a grandes escritores, médicos, políticos, periodistas, abogados...
¿¡Esto por qué!? Porque decidimos que fuera así. Nos preocupamos tanto por ser “aceptados” por ELLOS (¿Quiénes son ellos? ¿Qué autoridad tienen sobre nosotros?), que nos olvidamos de pensar que es lo que realmente importa en al vida.
En conclusión, yo creo que, si de ésta manera se obtiene el éxito, habría que reconsiderar pensar a la antigua; habría que elegir ser más “egoísta” y preocuparse primero por lo que uno quiere y no por lo que ELLOS prefieren.
Estamos siendo absorbidos por la masa; olvidando que somos únicos e irrepetibles para intentar ser reflejos de los demás.
¡Rompamos los espejos! ¡Atrevámonos a sacar la cabeza del agujero! y preguntémonos: ¿Qué es lo mejor para mí? ¿Qué es lo que me hace feliz?
Como siempre, el enmascarado. Hoy descansando ( gracias a esta periodista cordobesa que escribió por mí) desde el lugar más misterioso, lindo, terrorífico y místico de baires con un espejo en la mano a punto de ganar mis 7 años de mala suerte!!!
PD: Muchas gracias Karla ( periodista cordobesa) por la predisposición y la energía que le pusiste a este post. Realmente es muy profundo.
